Origen del Museo de Anatomía

MUSEO DE ANATOMIA Dr. Humberto Vargas.

Dependencia del Hospital San Juan de Dios
         Los orígenes del Museo de Anatomía de la Universidad de Chile están más bien relacionados con la Historia de la disciplina más que a la historia de la colección misma.
 Desde la llegada de los españoles y hasta el año de 1813, ninguna alusión se ha encontrado sobre piezas anatómicas para la docencia ni mucho menos   a la existencia de un Museo de Anatomía propiamente tal. En ese año los estudios de Medicina se efectuaban adosados al Instituto Nacional recientemente creado, emplazado en la actual manzana del Teatro Municipal.
 El Dr. Pedro Morán era el profesor de la cátedra de Anatomía y crea el primer Anfiteatro de Anatomía o departamento de disección  de los cadáveres, inaugurado el 17 ó 18 de Septiembre de 1833, gracias a las diligencias de Don Diego Antonio Barros, alcanzando su costo a 998 pesos y 2 reales, dinero reunido gracias a una suscripción entre los alumnos a la que contribuyeron también los profesores. Se componía el anfiteatro anatómico, de dos piezas de adobe, con una puerta y una ventana cada uno, anexas al Hospital San Juan de Dios; el primer curso consta de 22 alumnos.
 

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Los inicios: El Gabinete de Anatomía  del Dr. Lafargue

           Según los relatos  del Dr. Augusto Orrego Luco, en “Recuerdos de la escuela”, (3) la Escuela de Medicina era un  pequeño edificio, diseñada por el arquitecto don Manuel Aldunate, ( cuyos planos eran de 1861)  sólo tenía el pórtico acorde a su importancia, con una gran puerta central ( según algunos, para poder pasar el carretón que llevaba los cadáveres al interior) a cuyos lados había 2 grandes ventanas con hermosas rejas. Todo el frontis era estucado, sobre su pórtico un bajo relieve tamaño natural que representa una lección de Anatomía, cuyo autor era un tal Plaza. Al interior,  existía una zaguán central, ancho y corto; se había trasladado  en 1857 el anfiteatro de anatomía que se componía de dos salas construidas muy posteriormente al resto del edificio, de cal y ladrillo a ambos lados, altas, de piso entablado y cielo de madera, con paredes pintadas al temple, y molduras en sus ventanas y puertas; la de la izquierda tenía una gran estantería en un costado, donde se guardaban grandes bocales  con alcohol en cuyo interior existían  preparaciones y objetos anatómicos destinados a la docencia; anteriormente esa sala  era ocupada  en el edificio antiguo como gabinete por el Dr. Lafargue,  de orígen francés, era brillante  en sus exposiciones, hábil disector, de vastos conocimientos y de una notable cultura literaria, quién viendo que las condiciones de estudio seguían  siendo tan paupérrimas como antes, solicita un mozo para el aseo  y traslado de cadáveres, muebles e instrumentos, los que le son otorgados por el gobierno de la época.  Presenta un nuevo plan de estudios, y practica las primeras inyecciones en venas y arterias;  efectuando sus trabajos en medio de sus disecciones, ejecutadas con una asombrosa habilidad, dignas de un anfiteatro europeo, pero con los exiguos recursos locales. Es el iniciador de los trabajos anatómicos en Chile y por ello, es el primero es establecer piezas anatómicas conservadas para ser luego utilizadas en la docencia.

             Destaca en este relato la primera adquisición que se hace para este gabinete de una pieza anatómica, aunque artificial destaca por ser la primera . En efecto, en 1865, nos continúa reseñando el Dr. Orrego Luco en “Recuerdos de la Escuela”,  el Gobierno adquiere en  1000 pesos la estatua anatómica del Dr. Ansoux  (sic), la que es ubicada en esta sala,  figura en cartón piedra de tamaño natural  que provenía de Francia y cuyas piezas desmontables dejaban ver debajo de  él  al órgano que se había levantado.  Agrega el Dr. Enrique Laval que esta estatua habría llegado en 1846 al país en forma accidental y “por ser en su género una de las obras más perfectas que pueden presentarse en Europa, según resulta del examen que  han hecho de ella personas inteligentes “ , y “que ofrece al mismo tiempo, grandes ventajas a la facilidad y perfección de los estudios anatómicos”, un Decreto Supremo  del 26 de Diciembre de ese año, autoriza al director del Museo Nacional para adquirirla..  Después de más de 140 años y olvidada en el tiempo, sin ninguna referencia desde entonces, se encontraría esta estatua en dependencias del subterráneo de Morfología. Deteriorada sin ninguna mantención,  siendo posible apreciar aún  los nombres en francés que cada estructura tiene adosada, con ganchitos de bronce para su sujeción; constituyendo por tanto , la pieza anatómica de uso docente más antigua del país .

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La anatomía practicada sobre los cadáveres de los individuos precolombinos se orientaba a la conservación de los cuerpos con motivos religiosos y búsqueda de explicación sobre el origen de algunas enfermedades; en la cultura Chinchorro (6.000 a. antes de Cristo) ya se extraían órganos para la preservación cadavérica. En África, 4.500 años antes de Cristo, los egipcios actúan sobre los cadáveres pero no en un ánimo de conocimiento, sino con el fin de preservar el cuerpo pensando en una resurrección posterior. En la época predinástica se enterraban los cuerpos en las arenas del desierto, en posición fetal envueltos en esteras o pieles de cobra. Posteriormente, los cuerpos se empezaron a momificar.